¿Qué queremos construir?

domingo, 30 de octubre de 2011

NUESTRO RELOJ DE SOL ANALEMÁTICO
Este tipo de reloj es una de las realizaciones más espectaculares de la gnomónica. Consiste en la utilización de la sombra del propio observador para indicar la hora. Es el reloj idóneo para ocupar un espacio en el patio del centro escolar o en una plaza pública.
En el reloj analemático, las cifras horarias están dispuestas en forma de elipse. En el centro de la elipse y sobre el eje menor están indicados los puntos del analema sobre los que se ha de colocar el observador (gnomon), según la fecha, para producir la sombra que señalará la hora.
Esta hora puede ser la Hora Local, la de Tiempo Universal (T.U.) o la Hora Civil.
La ubicación de este reloj será por tanto una superficie horizontal que esté expuesta al sol el máximo número de horas al día.
Un reloj de sol confiere al entorno en el que se ubica un carácter decorativo, cultural y didáctico. Vestigio de una época en la que se sabía” tener tiempo” (que ahora no), los relojes solares son un eslabón que nos une al pasado, en la maravillosa aventura de la Humanidad de querer conocer y “controlar” el tiempo.
Fueron los primeros hombres de las civilizaciones mediterráneas los que, observando la sombra proyectada en el suelo por un palo vertical (El gnomon), descubrieron que su longitud decrecía desde la salida del sol hasta el momento en que alcanzaba su máxima altura en el cielo de mediodía (meridia en latín, y de ahí meridiano) para crecer de nuevo hasta la puesta de sol.
Estas observaciones provocaron una larga reflexión y meditación en el pensamiento humano durante los dos milenios en que se trazaron y perfeccionaron los relojes de sol y la medida del tiempo.
Un reloj de sol, por simple que sea, constituye un instrumento didáctico que nos permite evocar los estrechos lazos que unen el ritmo de nuestra vida al movimiento de la gran maquinaria del Universo: la rotación de la Tierra sobre su eje y alrededor del Sol, el recorrido aparente del sol en el cielo, el ritmo de las estaciones.
Un reloj de sol nos hace reflexionar sobre datos científicos que parecen inútiles cuando los estudiamos de forma abstracta en los textos; nos permite concretar el eje del mundo, el ecuador, el meridiano local, la latitud del lugar…
Los relojes de sol en definitiva, siempre tienen interés desde el punto de vista artístico, científico y en nuestro caso interactivo. Incluso hoy, en la época de los cronómetros de cuarzo y relojes atómicos, vuelven a estar de moda y hasta pueden dar la “hora exacta” aplicándoles las correcciones oportunas como veremos a lo largo del curso.

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